Por muchos siglos, los milagros han sido vistos como algo sobrenatural. Desde una perspectiva hermética, podemos decir que, en parte, sí lo son y, en parte, no. Los milagros están intrínsecamente ligados a la existencia misma y a la comprensión de los principios universales que rigen la vida. La vida que conocemos es, en sí misma, un milagro. Cada uno de nosotros posee la capacidad de manifestar esos milagros mediante la aplicación consciente de nuestros dones y talentos, y la comprensión de las leyes universales.
En la filosofía hermética, se dice «Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba.» Esto significa que los fenómenos que observamos en el mundo físico son reflejos de principios espirituales superiores. Los milagros, entonces, no son meras coincidencias fortuitas, sino manifestaciones de un conocimiento más profundo y de la conexión con la sabiduría universal.
La Manifestación de los Milagros a través de los Dones y Talentos
Cada ser humano tiene la capacidad de ser una bendición para otros. A través de nuestros dones y talentos, podemos comprender y aplicar cómo funcionan los milagros en nuestras vidas y en las vidas de los demás. Por ejemplo, si una persona necesita a un abogado para resolver una situación legal y este abogado logra ganar el caso, podríamos considerar esto un milagro. Desde la perspectiva hermética, esto se debe a que la persona que solicitó el servicio no poseía el conocimiento de la ley. Al conectarse con un maestro de la ley, obtuvo un resultado que, por sí sola, habría sido imposible de alcanzar.
Este ejemplo ilustra el principio hermético del «Maestro y el Discípulo». El abogado, como maestro de la ley, canaliza un conocimiento superior y lo aplica en el plano terrenal para resolver una situación. La conexión entre el abogado y el cliente es una alineación de energías que permite la manifestación de un resultado milagroso.
La Interconexión de las Profesiones y los Milagros
Este principio puede extrapolarse a cualquier profesión. Cada persona, dependiendo de la conexión que tenga con sus dones y talentos, puede obrar milagros en la vida de otras personas. La clave está en la comprensión y la aplicación de los principios herméticos, tales como la correspondencia, el mentalismo y la polaridad. Cada acción realizada con conocimiento y sabiduría puede convertirse en un acto milagroso.
Ejemplo de un Milagro Cotidiano
Consideremos el caso de una persona sin hogar. Si alguien adinerado le regala una casa, la mayoría de la gente vería este acto como un milagro. Desde una perspectiva hermética, este evento puede interpretarse como una manifestación del principio de polaridad, donde una situación de extrema necesidad se transforma en una oportunidad de abundancia. La «luz en medio de la tempestad» surge cuando las energías se alinean y los principios universales se aplican para transformar la realidad.
Conclusión
Desde la perspectiva hermética, los milagros no son eventos raros y fortuitos, sino manifestaciones naturales de las leyes universales. Al entender y aplicar los principios herméticos en nuestras vidas, podemos ser canales de bendición y milagros para otros. Cada acto de bondad, cada talento puesto al servicio de los demás, es una oportunidad para manifestar lo divino en lo cotidiano. Los milagros, entonces, son reflejos de nuestra conexión con la sabiduría universal y nuestra capacidad de vivir en armonía con los principios de la naturaleza.
Con amor.
-M.I Rojas de Jesús