La Voz en Medio del Silencio | Suma Sacerdotisa

En medio del bullicio del mundo moderno, donde las voces externas reclaman nuestra atención constantemente, el silencio se presenta como un umbral sagrado. No como un vacío, sino como un espacio fértil en el que la voz interior —esa que habita más allá del pensamiento cotidiano— puede comenzar a hablar con claridad.

El silencio exterior, cuando es buscado con conciencia, nos permite encontrarnos con aquello que verdaderamente somos. En esa pausa, comienzan a emerger preguntas esenciales:
¿Qué pensamientos ocupo a diario?
¿Cómo me percibo a mí misma?
¿Qué pienso de los demás?
¿Estoy caminando hacia mis sueños o me he perdido en la rutina?

Así comienza un proceso profundo: la organización interior. Pero esta organización no es igual a la que hacemos en un espacio físico; es más compleja y más delicada, porque se trata de ordenar emociones, creencias, heridas y patrones que nos han acompañado durante años. Cambiar por dentro requiere valentía, porque implica aceptar que hay aspectos que necesitamos soltar y otros que es hora de integrar.

Mientras que limpiar una casa puede ser una tarea demandante pero concreta, limpiar la mente es entrar en un mar de pensamientos. La mente humana tiende a repetir lo conocido, a buscar certezas y resistirse al cambio. Sin embargo, vivir bajo patrones rígidos también agota. Por eso, cuando elegimos transformarnos, es natural que surjan resistencias… y también es sabio saber que no siempre lo haremos solos. Buscar ayuda, herramientas o acompañamiento no nos hace débiles, nos hace humanos.

Desde una visión más elevada —como quien observa desde la cima de una montaña— podemos darnos cuenta de que la vida continúa en su ritmo. La Tierra, los animales, el sol, el agua… todos cumplen su función. Pero muchas veces, lo que parece “mal” en el mundo nace de la mente fragmentada del ser humano, de esa división interna entre lo que somos y lo que creemos que debemos ser. Y allí radica el trabajo espiritual más profundo: unir las partes rotas, reconciliar los opuestos, hacer las paces con lo que duele.

El verdadero cambio comienza cuando nos atrevemos a escuchar —no solo nuestra voz interna— sino también la voz de quienes nos rodean. Hacer silencio para escuchar es un acto de amor. Hablar desde un lugar consciente es un acto de presencia. Cuando somos capaces de mirar al otro y ver amor, es porque ya lo hemos descubierto en nosotros mismos.

Aquí es donde entra la sabiduría del Tarot con el Arcano II: La Suma Sacerdotisa. Ella nos enseña que todo lo esencial nace desde adentro. Su energía femenina, intuitiva, serena y profunda, nos invita a estudiar nuestra vida interior, a observar nuestros pensamientos, a cuidar nuestras palabras y a honrar el misterio que somos. Su enseñanza es clara: para hablar con verdad, primero debemos escuchar en silencio.

Pero también hay otra voz que no debemos ignorar: la que usamos cada día. ¿Cómo estamos expresando nuestros pensamientos? ¿Cómo manifestamos lo que sentimos? Observar nuestras palabras, nuestras reacciones y cómo interactuamos con el mundo es parte del despertar de la conciencia.

Recordemos: no se trata solo de buscar señales en el silencio… sino también de ser conscientes de las señales que nosotros mismos emitimos.


Preguntas de reflexión para esta semana:

  1. ¿Cuánto silencio real me permito vivir en mi día a día?

  2. ¿Qué descubro cuando escucho mi voz interior sin juicio?

  3. ¿Qué pensamientos o patrones siento que es momento de soltar?

  4. ¿Estoy expresando con claridad lo que realmente siento o me censuro?

  5. ¿Cómo puedo honrar más profundamente mi verdad en el mundo?

Que esta semana encuentres momentos de silencio fértil, en donde tu alma pueda hablar y tú puedas escucharla con el corazón despierto.

✨ Con amor,
Michelle Rojas Holística

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