En el principio todo era infinidad y plena paz. En un instante esa infinidad comenzó a sentir su propia energía que es el Amor. Y fue ahí cuando la luz universal ilumino, hasta el infinito. De esa energía nacieron las estrellas y todo cuanto hay en el universo. Por un instante parecía que todo era caos y fue cuando ese principio creador comenzó a organizar y a dar estructura a todo lo creado. Muchos fueron los seres que nacieron de esta energía primordial. Los hijos cósmicos hechos a imagen y semejanza del Uno. Con todas las cualidades de la divinidad, creadores, sabios y llenos de amor. El principio creador se hizo consciente y comenzó a experimentarse y a ver todo desde los ojos de sus hijos. Como dijo un gran maestro “El padre y yo somos uno”. La luz primordial se encuentra en cada ser. Y por mas denso que sea ese Ser, el creador/a ahí se encuentra. Nada escapa a la luz. Porque toda creación que crea que no hay luz en él, solo vive una ilusión. Esta ilusión es parte de la experiencia en el cosmos. Cada una de las estrellas (soles) comenzaron a tener hijitos (planetas) cada uno con su propia consciencia y virtudes. Y en este proceso que nunca acaba, es cuando nace Gaia/Tierra. En ese proceso de formación, la tierra no estaba habitada, pues no estaba apta para albergar vida. Su consciencia estaba apenas comenzando a entender ese Yo Soy. Hasta que tuvo su Despertar espiritual. El despertar de Gaia surgió cuando cayeron sobre ella meteoros, causándole gran dolor. Ella no sabia bien el porque de esto, pues a penas se había hecho consciente de que existía. Este impacto cambio su vida para siempre, pues esta experiencia la llevo a reconocerse como creadora. Los meteoros que cayeron sobre ella la ayudaron en el proceso de creación, pues cada meteoro traía consigo Seres de todos los mundos y universos. Y comenzó Gaia a tener cientos de hijos, todos creados con un propósito, a su imagen y semejanza. Repartiendo a cada uno de sus hijos dones y talentos, los cuales permiten que la vida se mantenga en equilibrio. Aunque esto no siempre ha sido así… pues en muchos momentos ella reiniciado todo, purificándose a si misma cada cierto tiempo. Algo parecido a lo que pasa en nuestro cuerpo, cuando las células mueren y nacen nuevas células, permitiendo que el complejo mente/cuerpo continue funcionando. Sabemos lo que pasa cuando hay células que siguen viviendo, es decir, que no quieren morir, surge el cáncer el cual comienza a destruir todo su paso. El mismo cuerpo humano en su infinita sabiduría decide volver a la tierra para que surja nuevamente la vida. Para el humano esto sucede en un abrir y cerrar de ojos, pero para la tierra puede tomar millones de años, pues ella no percibe el tiempo tal y como nosotros. Así pues, la vida en la tierra es un proceso cíclico, que cumple con la experiencia que ella y sus creaciones necesitan experimentar.
Escrito por: Michelle I. Rojas de Jesús