La Gran Decisión…

La gran decisión…

Hoy en día parece que los temas sobre espiritualidad, consciencia y despertar, están llegando a más personas. La tecnología ha sido clave para que estos conocimientos místicos y mágicos, sean conocidos. Esto resulta atractivo para muchos que como yo hemos estado buscando respuestas a aquello que es desconocido. Por siglos, las religiones han tenido el poder sobre nuestra psique, han decidido sobre todo lo que debemos hacer y de quienes somos. Alejándonos así de nuestra esencia, de nuestro propósito real y del amor. Cuando analizamos realmente esta problemática, nos damos cuenta de la incoherencia detrás de las grandes religiones, ya que cada una cree que tiene la verdad. ¿Pero quién tiene la razón? Es una pregunta sin respuesta. Y quizás muchos estén en desacuerdo con lo que digo, y es totalmente valido. Porque yo no estoy aquí para cambiar la forma de pensar y de creer de las personas, solo quiero reflexionar junto a aquellos que estén abiertos a escuchar. 

Ahora te preguntaras… por qué digo que no hay respuesta para la pregunta anterior? Pues esto es sencillamente porque nadie lo puede asegurar, pues si voy a la india, a China, a Irak o bien, viajo al pasado y le pregunto a los Tainos, todos me darán una respuesta distinta y con argumentos que son difíciles de rebatir. A lo que voy es que, todos tienen su razón y si yo hubiera nacido en sus mismas condiciones creería exactamente lo mismo. Por esta razón, es que personalmente siempre sentí que algo faltaba, que había algo que no estaba comprendiendo sobre la vida y la existencia misma. Esto me hizo analizar y ver de manera objetiva y desde el amor porque el ser humano, busca siempre algo superior a él. Fue cuando comprendí que este deseo de creer en uno o muchos dioses, venía de una necesidad más profunda, de un desconocimiento profundo de quienes somos. 

Recuerdo que un día escuche a una persona decir que somos Dios, estas palabras taladraron cada rincón de mi Ser. Me sentí indignada y a la vez ofendida, ya que, según lo que me habían enseñado, decir esto era una blasfemia. Pasado el tiempo, mientras iba despertando en mi un interés profundo por lo místico y esotérico. En principio me daba miedo, ya que vengo de una cultura la cual es de base cristiana desde su colonización. Hasta que un día comprendí aquellas palabras, que en principio habían sido ofensivas, hoy día puedo comprender que en efecto somos Dios/Diosa. Este fue uno de mis despertares y quizás la montaña más difícil de escalar en el camino, ya que tuve que romper con creencias limitantes y prejuicios que tenía sobre muchas filosofías y de las diferentes formas de vivir la espiritualidad. Esto que te cuento, cada uno lo va a vivir y experimentar de forma diferente. Y de ningún modo quiero que pienses que así es como son las cosas, porque la realidad es relativa, cada uno ve la vida desde sus ojos y nadie puede decirte como vivirla. Solo busco contar un poco sobre lo que pienso y voy descubriendo.

          Conocer quiénes somos en realidad es todo un proceso el cual nos puede tomar la vida entera. Pero hay algo, quizás un principio básico que he podido aceptar de forma que no me vuelva “loca” analizando tanto la existencia. Me refiero al hecho de que soy humana. Esto es vivir la vida con todo lo que conlleva vivirla. Si… he aceptado que todo lo que existe es espiritual, pero esto no está separado de la materia. Digo esto porque es muy fácil caer en la gran trampa de la espiritualidad, creer que por saber estas cosas somos más o estamos más iluminados que los demás. Si volvemos al principio de este escrito, les comentaba que nadie puede comprobar que una sola forma de pensar es la correcta. Puede que sea correcta para unos, pero para otros no, y eso no tiene porque verse como algo malo en sí. Mas bien hay que verlo como la gran decisión que la humanidad ha tenido que enfrentar en su camino por esta hermosa Tierra.

          Lo que somos en realidad no lo sé, lo único que sé es que le toca a cada uno descubrirlo, vivirlo, llorarlo y amarlo. La gran decisión la tomamos todos a cada segundo que la vida nos permite estar aquí. Aprovecha la oportunidad y vive tu espiritualidad como deseas vivirla, eres un ser creador y maravilloso. No te compares, porque te puedes perder imitando a personas que no son lo que tú eres. Aprende de otros, practica y pon en duda. Desecha lo que no te funciona y quédate con aquello que llena tu alma. ¡Se feliz!

          El camino espiritual es magia pura, a veces dulce y a veces amarga.

-Michelle I. Rojas de Jesús